Hemos puesto el despertador a eso de las 9, para bajar a ver la ciudad con luz. Son las 7 y yo ya tengo los ojos abiertos como los de un mochuelo, así que le digo a Javi que me bajo ya y que a eso de las 9 nos encontraremos.
Enfilo la ciudad, la playa que hay junto al puerto está vacía, entro en la ciudad y tengo suerte, a la hora que es, el ayuntamiento aún no ha colocado a los turistas por las esquinas y en medio de las calles.
Lo único que veo es a los operarios de limpieza con las mangueras y dos o tres personas mas, que se ve que han tenido la misma idea que yo. Así que aprovecho para pegarme una vuelta por la ciudad moviéndome rápido y sin dejar rastro, como si formara parte de una operación de espionaje internacional, sacando fotos antes de que llegue la “orda” y colapsen la ciudad (aquí no tenemos a nuestros amigos de las cascadas para que nos aparten a los turistas de la foto)
Cuando me reúna con Javi me daré una vuelta tranquila, así que ahora voy a tiro hecho.
A eso de las 9 me reúno con Javi y buscamos un sitio para desayunar en la ciudad, y mas tarde comenzamos nuestra ruta turística, pero ya esquivando japoneses y evitando hablar español cuando escuchamos a nuestro lado a un compatriota dando el cante.
Si...lo reconozco. Hago como mucha gente: si hay españoles vociferando y haciendo que pase vergüenza ajena, me hago el sueco y paso a su lado como si nada. Es que no entiendo porque tienen que ir dando la nota.
"Como anécdota os contaré, que en otro viaje, estaba sentado con otro amigo de Cádiz en una terraza en una playa, y en una mesa había una pareja española (dando el cante). En una de estas, se levanta el muchacho, recorre la terraza de una punta a otra y mientras, la mujer le pregunta:
- "¡¡Voy a cagar!!" - le contesta a voces sabiendo que nadie le va a entender.
Al escucharlo, al chaval se le cambia la cara y se pone rojo como un tomate , mientras la mujer se parte de risa. Comienzan a buscar con la mirada a los que han dicho eso. Como es lógico, tal como lo soltamos, agachamos la cabeza, nos callamos como putas y continuamos como si tal cosa. Aunque lo intentaron, jamas lograron averiguar quienes fueron los cabrones esos."
- "Ya que estamos fresquitos, ¿vamos a darnos la vuelta por lo alto de las murallas?"
- "¿Ahora con tó la caló?.....vale, quién dijo miedo"
Nos damos una vuelta circular por las murallas de la ciudad, sin nada de sombra, con el sol cayendo a plomo sobre nosotros. Cada 100 metros que andábamos, estábamos un paso mas cerca de una "pájara" o una bajada de tensión.
El calor es sofocante, las gotas de sudor nos chorrean por todo el cuerpo, cada vez que paramos a sacar una foto, tengo que secarme las manos y la cara para no mojar la cámara. Ya hemos comenzado a maldecir la idéa esta que hemos tenido.
Llega un momento que me dice Javi... - "Killo, ponte aquí y sacamos unas fotos", a lo que le contesto: -"Vete ar carajo... yo no paro ni para sacar la cámara" , estoy tan cansado y tenemos tanta calor, que ni siquiera quiero hacer fotos, solo pienso en llegar al otro extremo de las murallas y salir de este solarium de los cojones.
- "Killo Javi, recuerdame que la próxima vez que digas de subir a unas murallas a estas horas, con tó la caló, te arroje desde lo alto".
Ya no se ni como colocarme la mochila en la espalda. Menos mal que ya nos queda el último tramo. El recorrido es bonito y merece la pena las vistas, pero al atardecer o temprano, no a las horas que lo estamos haciendo. Lo bueno...que hay muy poca gente haciendo lo que nosotros (...tontos como nosotros, hay pocos).
Bajamos (por fín) y me encamino directamente a una fuente y metemos la cabeza, la gorra y no me metí entero por que Dios no quiso.
Nos encaminamos a la salida no sin antes pillar algo de beber y tomarnos unos helados. Abandonamos el casco histórico de la ciudad y ahora nos toca subir la cuesta hasta la casa..
- "Der tirón…."
Así que en la playa, nos pegamos el último chapuzón frente a la entrada del puerto del casco histórico. Ya fresquitos, vuelta a la casa, recogemos las cosas, nos cambiamos de ropa y nos preparamos para seguir conquistando el espacio estelar. Nos ponemos el casco y por fin salimos, que lo estábamos deseando, pero no por eso del viaje, sino por ir en movimiento con la chaqueta abierta y refrescarnos, que nos va a dar algo malo.
Salimos y en la carretera, en un pequeño ensanche que hay para paradas de emergencia, con vistas a la ciudad, decidimos parar para sacar la última foto. Al ir primero, paro en la parte mas adelantada para que Javi tenga hueco. Tal y como paro, escucho por el intercomunicador: - “Aaaaaggghhhh.....”
Al poco lo veo sacar el brazo y agarrarse al sillín de la moto.
Me bajo y al acercarme veo que, con to lo largo que es, tiene el pecho a la altura del sillín (ofú...po si que se ha colao por el agujero). Levantamos la moto entre los dos, se sube ya a la carretera, colocamos algunas piezas que se han desplazado. Tras esta situación solo se que ocurre decir.... - "Killooo, que que cosa más absurda...¿no?"
Una vez superada esta experiencia propia de los Monthy Piton, proseguimos con nuestro viaje sin mas incidencias ascendiendo por la costa Dálmata. Atravesamos la parte servia solo mostrando la pasta del pasaporte, al ver que eramos españoles, ni nos tememos que bajar de la moto y seguimos el viaje, lo mismo ocurre al volver a entrar en la Croata.
Vamos paralelos a la costa y a eso de las 18 decidimos buscar un camping donde dormir.
Localizamos uno entre dos poblaciones, en una zona muy arbolada junto a la playa, así que nos metemos del tirón. Tal como pasas la entrada, no vemos ninguna casa o cabina de recepción, solo un camino que se divide en 3 (uno que va hacia abajo, otro recto, y otro que sube).
- "Javi, tira tu recto y yo bajo. Si ves la recepción o un sitio para plantar la tienda avisa".
Nos separamos, pero nada, nos damos una vuelta por el camping y no damos con la recepción ni vemos donde plantar la tienda. Javi se reúne conmigo y en esto que aparece una muchacha corriendo. Se ve que trabaja en el camping y lleva corriendo detrás de nosotros desde que nos vio pasar.
Aguantando la risa en la medida de lo posible, hablamos con ella para que nos diga donde plantar la moto. Aunque está competo, nos busca un hueco y nos deja que aparquemos las motos delante de la recepción. Por fin averiguamos donde está, hemos pasado delante de esta nada mas entrar, pero como somos torpes y ya vamos mirando solo hacia delante, como los borricos, nos la pasamos de largo. Y claro... la muchacha tuvo que esprintar.
Montamos la tienda, nos pegamos una ducha y bajamos a la cafetería del camping a tomar unas cervezas y cenar. Al llegar a esta vemos un cartel indicando que esta noche hay de promoción para la cena una bandeja de mejillones.
- "Oye, pues tiene buena pinta…eeh"
- "Vamos a echar una ¿no?"- "Una pena haber llegado hoy, mañana la promoción es cochinillo…"
- "Killoooo.... que bastinazo".
- "Por la cara... creo que después de servirnos esto, han hecho una parada biológica en la costa para recuperar la especie".
Nos repartimos los mejillones en las bandejas y los devoramos, aunque son al vapor, la salsa que tienen de ajo, especies y no se qué...está buenísima. Mas tarde nos traen la pizza, terminamos de cenar y nos quedamos tomando unas cervezas en plan relax planeando que vamos a hacer.
- "Manuel, cerca de aquí hay un parque natural tela de guapo con unos lagos y cascadas…"
- "Pues sería interesante acercarse a verlo... ¡como vamos de tiempo?¿Que día es hoy?".
- "Estamos a 24"
- "¿Mañana ya es 25?… JOODER. El 27 teníamos que estar ya llegando a Cádiz, que el 30 hay que currar!!"
- "Pffffff... como se nos ha ido la pinza, y aún tenemos que salir de Croacia, atravesar Eslovenia, Italia, Francia y toda España".
Valoramos la situación, tenemos por delante el fin de semana, por lo que descartamos el ferry hasta Barcelona, así que no nos queda otra. Damos oficialmente como concluida la parte turística del viaje y ahora tocará conducir a saco por autopistas y autovías. Debemos todo el recorrido que tenemos por delante en 4 días máximo, para al menos, descansar uno.
Una vez planificado esto, nos tomamos la última y de madrugada nos volvemos a las tiendas.
A la mañana siguiente desayunamos en el mismo lugar un café y unos bollos rellenos de crema y nos damos una vuelta por el camping.
- "Agghh, que pena no haber llegado con tiempo y esté todo pillado"
Hemos encontrado una zona estupenda para acampar que como es lógico, está todo pillado. Es una pequeña cala, con un acceso directo al mar (me apuntaré este sitio para otra vez).
Subimos para ir recogiendo los bártulos y nos paran dos tíos para preguntarnos si las motos son nuestras, hablando en español. Son dos Polacos que han venido de viaje con sus respectivas parejas en dos Transalp de 600, charlamos un rato con ellos y seguimos con la operación "recogida".
Nos marchamos camino de Eslovenia, al arrancar las motos sabemos que por muy chulo que sea el sitio, ya no hay tiempo para mas, así que nos limitamos a conducir, seguimos por la costa hasta ir desviándonos al interior de las montaña. El tiempo ha pasado de mucho calor a nubes negras y de pronto, sin pedirlo, nos cae una tromba de agua de muy señor mío, que nos obliga a parar en el arcén a sacar los impermeables y a los pocos kilómetros, resguardarnos en un área de servicio a esperar que finalice el apocalipsis.
Al salir con la "caló", chaquetas sin forros, guantes de verano, etc, y pillarnos esto de golpe y porrazo, ha hecho que estemos empapados y helados de frío.
- "Aahhhgg... ¡la coladaaa a tomar por culo! (le digo a Javi)-
La escurro, la meto en una bolsa y nada, a esperar a encontrar un sitio seco donde tenderla.
Ya la lluvia nos acompañará todo el viaje hasta llegar a Italia. Ya entrada la tarde llegamos a Eslovenia, país que atravesaremos por el interior para llegar lo antes posible a Trieste (Italia). El paisaje es muy verde, con muchos bosques y la carretera, que parece una nacional, está muy bien, lo malo es que no deja de llover.
A escasos kilómetros de la frontera decidimos parar, suponemos que aquí el alojamiento, en uno de estos pueblecitos será más económico que en el país vecino.
Vemos un bar de carretera con un cartel de "bienvenidos moteros", con semejante reclamo, paramos a preguntar, y como el lógico y suele ocurrir en estas situaciones, nada mas bajarnos de la moto, deja de llover.
Entramos y en la parte del bar hay tres viejos jugando a las cartas y un diploma donde pone "Premio a la mejor pizza de Eslovenia a este local" (bueno, ya sabemos lo que pediremos de cena)
- "Si, los dos, con desayuno"
Aparcamos las motos en la parte trasera, donde está la escalera para las habitaciones.
Subimos las cosas, nos pegamos una ducha y aprovechamos para tender la colada y encender el calefactor del baño. Como aquí no hay nada mejor que hacer, nos bajamos a tomar cervezas al bar (es eso o darnos una vuelta por las cuatro casas de campo que hay por los alrededores).
Bajamos y vemos que en el bar, ya están los parroquianos del lugar. Al grupo de tres viejos se les han unido un par mas y ahora, en un murete que hay en la entrada, se han colocado varios personajes de diferentes edades y a cual mas extraño, entre estos, está la camarera sentada, con la misma cara que tenía cuando llegamos. Pedimos una cerveza y mientras nos la tomamos, me dice Javi:
Nos levantamos a las 7, bajamos a desayunar y ya nos tienen las cosas preparadas. Hoy nuestra amiga la siesa no está, le habrán dado el día libre por la resaca de la tremenda fiesta de anoche. En esta ocasión era una mujer amable. Al terminamos de desayunar, vamos a pagarle y nos dice que 25 cada uno.
- "¿Mande? Si la siesa nos dijo y redijo que era en total. Será hija de puta".
Pues si, nos la metió doblada, así que nada, por mucho que discutamos, es lo que hay. Subimos a la habitación a cambiarnos, aprovechamos para limpiar la cúpula del casco con las toallas del hotel y ya de paso, las botas, bolsas y demás enseres y nos marchamos, conduciendo bajo la lluvia camino a Italia.
Ya en Italia dejó de llover y pasamos a conducir con el piloto automático atravesando todo el país, solo paramos para quitarnos los impermeables y echar gasolina, parada que aprovechábamos para comer alto o tomar un redbull o café. Menos mal que el ir escuchando música con los intercomunicadores, alivia un poco la pesadez y la monotonía del viaje.
Entrada la tarde hacemos acto de presencia en Francia y sus autopistas de peaje (cada parada una pequeña puñalada). El sol está a punto de ponerse, así que nos salimos en un pueblo para buscar un camping, estamos reventados. Miramos, remiramos y preguntamos a unos policías, pero nos dicen que nos olvidemos, que por esta zona no hay ninguno y nos manda a un hotel barato que hay cerca.
El hotel está frente a un asador, a la vista parece que está bien, pero solo es eso, fachada. Llegamos y vemos que no hay recepcionista, en la puerta hay una maquina, tipo cajero de parking, donde tu metes la tarjeta de crédito, seleccionas que tipo de habitación quieres (normal, doble, fumador, no fumador...), te imprimen un código de varios números que tienen que marcar para entrar en el hotel y en tu habitación. Así de este modo se ahorran puestos de trabajo.
Seleccionamos una habitación para dos a voleo, ya que no sabemos francés y no está la opción de ingles. Entramos y vemos que el interior es una mezcla entre albergue y hospital, llegamos a la habitación y para mi desgracia es de "fumadores" y apesta a humo que te cagas, abrimos las ventanas para que se ventile. Todo el suelo es de moqueta, la cama es de matrimonio, por lo que nos toca compartirla. Las mesitas de noche son una pequeña balda donde cabe el móvil y un reloj. De muebles solo tenemos un pequeño armario y una pequeña repisa en la esquina donde a penas caben los dos cascos. El baño es como el del ferry, fabricado todo del mismo tipo de plástico, pero más grande, y las paredes con algún que otro agujero del grosor del dedo pulgar.
Básicamente lo que viene siendo una puta mierda de habitación a precio de hotel en condiciones.
Nos salimos fuera a cenar algo y lo único que hay es un "Buffalo Grill". Al entrar en este lugar, tuvimos un momento absurdo de esos, supongo que por el cansancio acumulado, recorrer varios países, con diferentes idiomas, ver la decoración del oeste, etc..
El caso es que llega la camarera, nos dice: - "Bonne Nuit" -, a lo que Javi al contestarle, la mira, se queda pillado y le suelta.... “JAU” (en tono indio apache). Como es lógico, el ataque de risa que me dio fue interesante.
- "Killo...que me quedao pillado, no sabia en que contestarle".
Menos mal que la camarera se lo tomó también a cachondeo. Cenamos a base de costillas y patatas (es la primera comida en condiciones que hemos tomado después del desayuno). Al terminar de cenar le preguntamos a la camarera por algún sitio donde tomar una cerveza, a lo que nos contesta riéndose:
Viendo el percal, nos volvemos a la habitación nos vamos a sobar y mañana será otro día (afortunadamente)
(Situaciones que no se pueden explicar fuera de contexto)
Decidimos hacer algunos kilómetros por carretera para evitar el sablazo de las autopistas. Al pasar por el siguiente pueblo, vemos una panadería y aprovechamos para comprar algo de desayunar (unas napolitanas y otro tipo de bollería), y ya de paso un par de bocadillos que están preparando. Bueno... ya la comida de hoy la tenemos solucionada.
- "Pues si, habrá que joderse, pero así no vamos a llegar nunca".
Entramos en España por Junquera, nada mas hacerlo, paramos en un área de servicio a tomar un café, repostar y avisar que ya estamos en tierras cristianas. De paso le pego el último arreglo con cinta americana a mis botas, que la suela se quiere independizar... No, si al final van a llegar a casa y todo.
Llegamos a Valencia al final de la tarde reventados. Vamos a casa de nuestros amigos, nos pegamos una ducha, tomamos algo de beber y tras un baño recuperador en la piscina esperando a que llegue el resto y nos vamos a cenar. Un poco de charla contando las anécdotas del viaje y de madrugada a dormir. Mañana ya toca el último tirón.
En mi caso me desvío un poco de la ruta, pero queremos hacerles una visita sorpresa a nuestros amigos de Motofactory. Tras la sorpresa, a eso de las 19h volvemos a salir a la carretera y en un cruce nos despedimos. Javi sigue hacia Cádiz y yo tiro para Ronda. Paso a modo "música" y hago la hora y media que me queda de camino ya en solitario.
Llego a Ronda y tal como llego a mi calle, paro junto a un contenedor, me bajo de la moto, saco del topcase las zapatillas de deporte, me siento en la acera, me quito las botas, anudo los cordones de estas, las dejo enganchadas en el contenedor y me alejo lentamente…
…Buen momento para que suene de fondo “This is the end” (The Doors).
Video resumen del capítulo
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