Diario de un Mosquito

jueves, 30 de abril de 2020

Sources de Oun Er-Rbia


Este es uno de esos lugares de Marruecos que merecen la pena visitar y suele estar un poco apartado de las tutas "turísticas" normales.

He de reconocer que este lugar ha sido uno de los que mas me ha sorprendido de este país, ya que no te esperas encontrar algo así en la zona.

A 60km al sur de Azrou, tras atravesar diversos bosques de enebros, cedros y cruzarnos con varios macacos de Berbería, llegamos a nuestro destino: "Sources de Our Er-Rbia". Una pequeña comunidad ubicada a unos 1240m de altitud junto al nacimiento del río, se dedica exclusivamente a la explotación turística del lugar.

Es esta zona, cerca de cuarenta fuentes naturales, tanto de agua dulce como salada (por lo minerales de las rocas), brotan del subsuelo de la montaña, canalizándose y convergiendo a lo largo de un cañón, dando lugar en su salida, al río Our Er-Rbia.

Una vez dejado el vehículo en el parking o sus aledaños, vendrán a tu encuentro los típicos guías locales ofreciendo sus servicios (como en la mayoría de los sitios turísticos de este país). No hace falta contratar a ninguno, ya que el lugar no tiene pérdida. La entrada está muy clara y pasada esta, solo hay que ir hacia delante y una vez terminado el recorrido, regresar sobre nuestros pasos.
(Antes de marcharse del lugar a visitar la zona, es mejor dejar acordado el precio del parking).



En el mismo parking encontraremos una pequeña laguna, donde podemos acceder al inicio del camino pasando por unas tablas a modo de puente situadas sobre un salto de agua, entre unas estructuras de madera, piedras y cañas, que forman unas terrazas techadas. 

En este punto se produce la unión de las aguas de un pequeño lago salado situado en la parte superior, con el agua dulce procedente del río y del deshielo de las montañas. Una vez en el otro lado, simplemente remontamos la corriente del río, ascendiendo por un camino en la ladera montaña.


Durante el recorrido, a medida que vamos subiendo, nos encontramos con numerosas tiendas de recuerdos, artesanía, refrescos, sitios donde descansar a la sombra, comer e incluso, un horno de barro donde hacen pan. También continuamos viendo las pequeñas de terrazas techadas, siento estas lugares habilitados para que la gente pueda relajarse junto a las  aguas del río.




Entre estas terrazas, aparecen diversas fuentes de agua que, o bien discurren por la montaña o brotan directamente de la roca, mucha de las cuales, han sido aprovechadas por la población local, construyendo unas pequeñas albercas para utilizar este agua para enfriar numerosas bebidas y fruta. Parte del agua sobrante, discurre por una pequeña acequia, que nos acompañará buena parte del recorrido.



El trayecto final, mucho más estrecho, se realiza a través de unos salientes en la pared de la roca, hasta llegar a un punto donde los locales han colocado una tabla a modo de pasarela, en la que por una pequeña tasa en este particular "peaje", puedes cruzar al otro lado para, tras subir unos pocos metros entre las rocas, llegar a un salto de agua, donde oficialmente nace este río: "La Cascade de Khedoud", final del recorrido. 
Una cascada donde si hay abundante agua, puedes darte un baño en la pequeña laguna que se forma en su base.

En este lugar hemos podido comprobar el ingenio de un empresario local, que con una pequeña barca hinchable y dos golpes de remo, da al turista una pequeña vuelta circular a este mini-lago, regresando al punto de inicio, en un recorrido de poco más de 2 minutos, y como es lógico, cobrando por ello. Lo gracioso, a parte de la pintoresca situación, es que el negocio le funciona bastante bien.

Para el camino de vuelta solo tenemos que volver sobre nuestros pasos.

A medida que vamos descendiendo, si estás cansado o el calor aprieta, recomendamos parar a descansar a la sombra, junto al río, en cualquiera de las numerosas terrazas a lo largo de la ribera.

Por una cantidad ridícula, te alquilan este espacio, donde a parte de descansar a la fresca, puedes tomar algo de beber, comer un tajine e incluso, pegarte una siesta con el sonido relajante del agua de fondo.

Sini duda un sitio que merece la pena visitar y una vez allí, tomarte tu tiempo  para verlo.

Nosotros estuvimos a principios de septiembre y aunque el sitio es muy turístico, solo nos encontramos turismo nacional siendo los únicos extranjeros que había por allí. Al haber poca gente, disfrutamos realmente del lugar.

Os dejo unos vídeos del lugar y unas fotos.



  

















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