Diario de un Mosquito

domingo, 21 de febrero de 2016

Destino Mármara 3 (Grecia a Estambul)


Bajamos del barco, entre una cosa y otra salimos del puerto a las 6 de la mañana y directamente nos meten en una autopista, no hemos visto otra opción. En cuestión de segundos comienza a llover. Ahora es cuando comprobaremos si el forro impermeable de nuestras nuevas chaquetas “Garibaldi  Tornado Pro” y su sistema de poder colocarlo por fuera, encima  de la chaqueta es realmente efectivo o no. A parte también toca ver como va la rueda de tacos que llevo en la moto (el forro aguanta muy bien y con las ruedas voy con seguridad).

La lluvia pasa de modo suave a modo…“killoooo nos está cayendo la mortá”, así que decidimos abandonar la autopista en la primera salida y buscar un sitio donde parar a esperar que escampe. Así aprovechamos para desayunar y tomar un café cargado, que son las 7 de la mañana, no hemos dormido y tenemos los dos una cara de sueño que asusta.

Paramos en una pequeña cafetería que hay frente a una gasolinera igual de pequeña. Nos pedimos el café y algo de comer, un pequeño bocadillo de pan tostado con jamón queso y algo más. Charlamos con la camarera y con un par de clientes que hay en el local y nos explican como llegar a Meteora. En la gasolinera no tienen mapa de carretera, pero se ofrecen a buscar algo por el ordenador e imprimir el trozo que necesitemos. Le agradezco el gesto pero no hace falta. Ya con las indicaciones que hemos anotado en un trozo de papel nos ha quedado claro, ya pillaremos un mapa cuando podamos.

La lluvia no para, así que decidimos hacer de tripas corazón y seguir el viaje regresando a la autopista. Unos kilómetros después, afloja un poco el agua y abandonamos la autopista para meternos por una carretera regional hasta llegar a Meteora y al poco tiempo, deja de llover. En un rato hemos pasado de llover a mares a hacer un montón de calor.




A medida que vamos acercando a Meteora, vamos flipando con el lugar, las carreteras que llevan de un monasterio a otro son muy chulas y lo único malo que hay es el exceso de turistas y autobuses, al ser temporada alta. Mientras subimos, vamos haciendo numerosas paradas y sacando fotos.

Vídeo: Subiendo a Meteora

La verdad que, encontrarte de pronto esa columnas de piedra con los monasterios encima, con sus paredes justo en el borde, fundiéndose con el acantilado impresiona. Tiene tela como habrán construido subiendo el materia y las cosas hasta aquí. El acceso a la mayoría de ellos es a través de un estrecho pasillo o puente. En alguno vemos como aún continúan subiendo comida y cosas mediante una polea.



Subimos a la zona mas elevada y desde aquí, comenzamos a bajar poco a poco mientras nos decidimos cual visitar (por tiempo no podemos verlos todos). Nos decantamos por uno que nos llama bastante la atención, entramos atravesado un estrecho puente de piedra, subimos unas escaleras, nos acercamos a la ventanilla y preguntamos:


  - "¿cuanto cuesta?"
  - "Son 6 euros"

  - "Ok, tenga...12 euros"
  - "Nooo...noo, 6 euros los dos, son 3 por cabeza"

Javi y yo nos miramos sorprendidos
:

  - "¿Solo 3 euros por visitar el Monasterio? Esto lo ponen en España y no veas la clavada que te meterían".
  - "Por la cara, de 12 o 15 pavos no bajaría y con la caló que hace aquí, los refrescos estarían a precio de copa".

Recorremos todo el monasterio bajo un sol y una calor importante, al salir decidimos beber algo y ya de paso comer alguna cosa. Paramos en un puesto que hay justo a la salida y nos compramos un par de latas de refrescos y una especie de ensaimadas grandes rellenas, una de queso y otra de espinacas, muy buenas por cierto.




Aunque aprieta la “caló” continuamos con el turismo y seguimos saltando de un monasterio a otro. Hay que aprovechar el tiempo. Mientras vamos bajando, le digo a Javi (que va delante)  por el intercomunicador:

     - "Oye, ¿nos hacemos una foto con las motos en esa especie de de mirador".
     - "Vale, vamos tirando…. Ten cuidado que hay tierra suelta".
     - "Illo, illo iiiillooo illoooo.....PLOOOM!!"


Manuel y la tiger se van al suelo. Aquí sufrí mi caída "estándar". Al estar casi parado en una curva, fui a apoyar el pié en el suelo y con el peralte no llegaba, así que la moto se fue despacito para el lado, para el lado, para el lado... no pude aguantar el peso, y con la gravilla, se me resbala el pié y al suelo. Mas que caída dio la impresión de dejaba la moto tumbada en el suelo por puro antojo.

     - "Queeee haces? ¿Que te ha pasado?".
     - "Killo.... Cada uno aparca la moto como le da la gana".

Javi aparca su moto en el sitio, a escasos 20 metros y se acerca a ayudarme, al caerse en la curva y tener la inclinación en contra, no tengo cojones de levantar la moto yo solo, y paso de arrastrarla para girarla. Entre los dos y no sin esfuerzo, conseguimos levantar la moto. 



Sacamos las fotos, terminamos la vuelta por la zona, bajamos al pueblo a comprar unas botellas de agua fría, un par de recuerdos y por fín, comprar un mapa de carreteras de Grecia. En este punto del relato, os diré que si alguien se decide ir a Meteora, no se preocupe por donde va a dormir, hay muchas ofertas de alojamiento. En el pueblo y las zonas cercanas hay muchos hoteles, hostales, algún camping y muchos carteles de "se alquilan habitaciones".

La idea es ir dirección Tesalónica por carreteras secundarias y hacer noche donde nos pille. Elegimos una ruta en nuestro nuevo mapa y salimos dirección sur-este, por unas carreteras donde cabían dos coches a duras penas. Los paisajes bastante bonitos y no hay nada de circulación, recorremos zonas arboladas, grandes zonas de cereales y atravesamos pequeños pueblos.


Como hace mucho calor, voy con la chaqueta casi abierta del todo y la pantalla del casco subida, solo con la visera de cristal ahumado, de pronto... ¡¡chooof!!. 
Golpe en el casco y automáticamente se me llena toda la boca de una gelatina amarga.... !!Aggghh, me he debido llevar por delante una cigarra o un saltamontes de los gordos, que asco. Paramos un momento, le limpio la cara y la visera y ea, a seguir el viaje pero ya esta vez con la visera bajada casi del todo.

El tiempo vuelve a cambiar, pasamos del calor de un día soleado, a un cielo nublado. Nos estamos quedando algo dormidos, así que decidimos parar junto a un pequeño lago donde hay tres o cuatro casas, una de ellas parece un bar o restaurante. Mientras aparcamos las motos, escuchamos un par de truenos a lo lejos. Entramos en el local vemos como en la puerta ya nos está esperando para recibirnos la señora del lugar y sus dos hijos. La niña pequeña corre a una de las mesas para coger una carta y dársela a su madre. Esta viene a saludarnos y a preguntarlos que queremos tomar, mientras nos pone la carta en la mesa.


Javi está que se cae de sueño y se decide por un café, pero nos plantan un listado de tipos de café, a cual mas desconocido para nosotros. Al final se decanta por un “café griego”. Yo como no tengo ganas de experimentos, me decido por un refresco. Mientras gestionamos toda esto, los hijos de la señora no paran de reírse con la situación y de pulular a nuestro alrededor observándonos y riéndose con cualquier cosa que hacemos (nos tienen más controlados que a un cangrejo en un cubo).


Mientras esperamos en la terraza cubierta, vemos que en las mesas hay cagadas de pájaros, y de pronto, como un rayo, pasa delante de nuestra una golondrina en vuelo rasante. Levantamos la mirada y sobre nuestras cabezas, en el techado, tenemos varios nidos de golondrinas... dentro del bar.
Nos traen el café y el refresco, automáticamente se le cambia la cara a Javi, el café da la impresión de estar tela de cargado, tiene una pinta “regulera”, y parece ser que el sabor va en la misma linea. Seguramente es el peor café que se ha tomado en su vida. (Suerte que me dio por pedir un refresco)


Vídeo resumen de lo que va de relato
De Igoumenitsa - Meteora

- - - - - - - - - - 

Nos despedimos de la familia, no sin antes preguntarle alguna dirección y continuamos la marcha, mientras el cielo se va nublando cada vez más, espero que no llueva. Llegamos a un cruce y vemos un cartel que nos llama la atención:  “¿Monte Olimpo 20km?”.

- "¿No jodas que estamos al lado del Monte Olimpo? ¿Nos acercamos a verlo?".
- "Vale, ya que estamos aquí habrá que ir a verlo...¿no?".

- "Aro... 20 km de ida y otros de vuelta, lo hacemos en ná".

Así que cambiamos la ruta y enfilamos el camino en dirección al hogar de los Dioses. A los pocos Kilómetros sufrimos la ira de Zeus al escuchar truenos y relámpagos. Comienza a llover y nos detenernos en una parada de autobús de la carretera a ponernos los impermeables.

Y como la ley de Murphy siempre funciona, junto al terminar la operación, deja de llover.
     

     - "¿Ahora para? Pues yo paso de quitármelos que fijo que si lo hacemos, se pone a llover".


Continuamos el ascenso al Monte Olimpo y nos pasamos el cruce, llegamos al siguiente pueblo, damos la vuelta y volvemos sobre nuestros pasos hasta llegar al camino correcto. Comienza a llover mientras ascendemos por una carretera sinuosa, llena de curvas, cabras y vacas plantadas en medio de la carretera con ganas de ser atropelladas y perros que a la mínima de cambio se te abalanzan en su ansia de defender a su ganado.

Curva a la derecha, una pequeña recta y curva a la izquierda, una pequeña recta y curva a la derecha, una pequeña recta y curva a la izquierda. Llevamos así varios kilo metros y ya comienza a ser pesado. Curva a la derecha, una pequeña recta y curva a la izquierda, una pequeña recta y curva a la derecha, una pequeña recta, curva a la izquierda y…. 

     - "¡¡JOOODER!!!…. ¡¡PERO ESTO QUE EEEEEES!!

Justo al dar la curva nos encontramos unos bidones cortando la carretera, una alambrada, unas torretas.... ¡nos hemos metido en una zona militar!


Mientras que estamos viendo que hacer, desde el otro lado, un militar abandona la garita y se acerca, metralleta en mano a la reja de la puerta. Nos bajamos de las motos y nos acercamos, le explicamos entre gestos, mezcla de idiomas y mímica, que subíamos para ver el Monte Olimpo.


El soldado no habla inglés, así que nos dice que esperemos y llama al oficial al mando. Al poco tiempo aparece un joven oficial  con el que podemos comunicarnos. Javi le explica que venimos de España y que queríamos ver el Monte Olimpo, y ya de paso, si hay una carretera al otro lado del cuartel y podemos pasar, mas que nada para no tener que volver por donde hemos venido.

El oficial nos explica que no se puede pasar al ser zona militar: Le preguntamos por las instalaciones de esquí de fondo (vimos un cartel indicando que había una, y esperamos que desde allí podamos bajar por otro lado). El militar nos confirma que hay una zona de esquí de fondo, pero que solo los lunes está permitido el acceso a personal civil a esta zona, y sorprendentemente... nos invita a que regresemos el lunes indicándonos que nos dará alojamiento y comida ese día en el cuartel.


Se lo agradecemos y explicamos que tenemos que seguir el viaje, por lo que no podremos volver otro día. Así que nos despedimos de los militares, y volvemos cuesta abajo a deshacer el camino, a lo tonto hemos perdido más de dos horas.

Paramos en una gasolinera y nos quitamos los impermeables, que aunque está nublado, nos estamos asando de calor. El resto del viaje hasta que llegamos a no hay nada que destacar, la verdad, lo único que hicimos la buena acción del día salvando a un galápago de morir atropellado en la carretera.

Llegamos a Paralia ya entrada la noche, recorremos la avenida principal hasta llegar al mar, giramos a la derecha y vemos que hay un par de hoteles, aparcamos y nos acercamos a preguntar, Javi va a uno y yo al otro. En el mio, aunque la joven recepcionista y las amigas han acudido en tromba a ver lo que quería el astronauta, no tienen habitaciones. Javi tiene mas suerte y tienen algo disponible.


Preguntamos el precio, nos parece caro, así que toca la llorera  a ver si lo baja. Hablamos con el dueño del establecimiento y conseguimos un buen precio con eso de hacerle el pago en efectivo y no con tarjeta. Con la crisis en Grecia y el límite que tienen los ciudadanos griegos para sacar dinero en el banco, el pagarle en efectivo le supone al del hotel, como nos comentó, poder comprar el desayuno, los productos de limpieza o comida del día siguiente. Una pena la situación en la que están. 


Soltamos las cosas en la habitación, me pego una ducha y mientas Javi hace lo propio, busco alguna oferta de alojamiento en la ciudad de Estambul cerca de la zona de la Mezquita Azul. En Estambul estaremos un par de noches y al ser temporada alta, no queremos arriesgarnos a ir dando vueltas por la ciudad buscando alojamiento. Esta será la única ocasión en todo el viaje que sabremos de antemano donde vamos a dormir. Encuentro una oferta de última hora a buen precio en un hotel en una callejuela cerca de la Mezquita Azul, la pillo y ya con la tarea hecha bajamos a cenar.



Le preguntamos a la recepcionista por algún lugar para cenar, pero que no sea turístico. Estamos en una zona de veraneo, lleno de tiendas de recuerdos, flotadores, colchonetas y chanclas, grandes escaparates con ofertas increíbles y restaurantes con las paredes llenas de fotos de los platos. Nos indica dos sitios donde suele ir a comer, buscamos el primero, que es el que está mas cerca, pero somos torpes y no lo encontramos, preguntamos por el local a la gente de las tiendas y cada vez nos mandan a un sitio diferente, así que nos decidimos por el segundo que está algo mas lejos.

Caminamos, y caminamos, se termina las calles de las tiendas, seguimos caminando ya por la calle algo mas oscura, llegamos a una plaza donde hay un aparcamiento, y en uno de los laterales está el local el cuestión. La verdad que es un sitio donde va gente local y está alejado de la zona turística.



Pedimos la comida (la mounsaka exquisita)y unas cervezas. Ya con el estómago lleno toca paseo por la playa y ya que estamos, nos tomamos una cerveza en uno de los locales de moda del lugar. A la mitad de la cerveza le digo a Javi que estoy que me caigo de sueño. A lo tonto, estamos destrozados, llevamos desde las 6 de la mañana en la moto y anoche en el ferry no dormimos nada. Regreso al hotel y dormir, que mañana será otro día.

Nos levantamos temprano, recogemos las cosas y bajamos a desayunar. Al subir a la habitación miramos el el googlemaps como llegar al hotel y lo apuntamos en un papel. Bajamos las cosas, cargamos las motos y salimos dirección a Turquía, a ver cuanto tardamos en pasar la frontera.


Tras varias horas en la moto, paramos a echar gasolina y tomar algo. La gasolinera parece que se va a caer a trozos en cualquier momento. Aprovecho para ir al baño. Llego al lugar y veo que ya son de esos de, agujero en el suelo. Tengo la opción "A": baño con las paredes sucias como ellas solas o la opción "B": baño está atascado de mierda. Así que nada, visto lo visto, me decanto por la opción "C".
Vídeo… ¿puerta A o Puerta B?

Seguimos el viaje y poco antes de legar a la frontera, nos metemos en una gasolinera a llenar el depósito ya que nos han comentado que en Turquía el combustible está mas caro. Como es la hora de comer, aprovechamos para pillarnos algo de comer.

     - "Killo, mira esto... un bocadillo de nuggles de pollo con curry, ¿pillamos uno para los dos?".


El bocadillo viene plastificado y en el envoltorio se ve un bollo con los trozos de pollo asomando, de lo más apetitoso.

     - "Vale, de paso voy comprando una botella de agua grande, un refresco y un café".


Mientras, han llegado a la gasolinera 4 coches de alta gama con matrícula alemana, cargados con familias turcas. Echan gasolina y los conductores (los maridos) se sientan en una mesa a nuestro lado a charlar y tomar algo, mientras todas las familias permanecen en el coche y solo salen para ir al servicio. Nunca entenderé eso.

Nos sentamos fuera, nos quitamos la chaqueta y botas, ya que hace mucho calor, le pegamos un par de tragos al agua y saco el apetitoso bocadillo del plástico y...
 

     - "Vaaaaya puta mierdaaaaaa de bocadillo".

El suculento manjar que se ve en la foto, como es lógico, no tiene nada que ver. Tenemos delante un bollo chicloso, con tres trocitos de pollo de grandes como la esfera de mi reloj de plástico, la salsa de curry que lo acompaña parece que simplemente ha salpicado el pan por accidente. Lo partimos por la mitad, como buenos hermanos y nos lo comemos haciendo la digestión en cuestión de segundos.

Después de la broma de comida, seguimos a la frontera. Llegamos y hay una cola gigantesca. Nos ponemos en la cola y mientras nos quitamos el casco y la chaqueta, llegan los coches de las familias que vimos en la gasolinera. Vemos que todos hacen lo mismo, los maridos (que estaban conduciendo), se bajan, se coloca la mujer al volante y ellos se sientan en el asiento del copiloto, ya pasadas ambas fronteras y en suelo turco, volverán a ponerse al volante. Que cosa mas rara.

Llegamos a la ventanilla, aún en la zona griega, enseñamos el pasaporte y seguimos, avanzamos unos metros y mas cola. Recorremos la tierra de nadie a paso de caracol. Llegamos a la parte Turca, la zona se ensancha y aprovechamos para dar un acelerón y adelantar varios puestos a la voz de: - "Pasooo....pasoooo, que somos motoristas y mi amigo está muuu loco"-, hasta llegar al primer control.

Aquí simplemente nos preguntan el país de procedencia, comprueban la matrícula del vehículo y a seguir hasta el segundo control. En este nos toman los pasaportes, documentación del vehículo. Nos indican que tenemos que ir a las oficinas a sacar la visa y nos coloquen la pegatina en el pasaporte poder entrar en el país.

Aparcamos en un lateral, vamos a la oficina, entramos y... no hay nadie. Nos ponemos a dar vueltas a ver si vemos al funcionario, pero nada. Se une al grupo un par de extranjeros mas, cada uno va buscando al funcionario por donde puede y llamándolo en voz alta, pero aquí no aparece nadie.  Al rato entra, por fin, por la puerta principal, le damos los pasaportes, se mete en la cabina que le sirve de despacho, le pone la pegatina, anota algo, pagamos 25 euros por cabeza, y ya nos podemos marchar. Regresamos al segundo control, le mostramos los visados y nos indica el agente que sigamos avanzando.

Nos montamos en la moto, avanzamos unos metros y llegamos al tercer control, paramos, comprueban la documentación de la moto y listo, a seguir. Ya parece que hemos terminado, así que nos ponemos los guantes, cascos, chaqueta, arrancamos, aceleramos y a los pocos metros paramos en un cuarto control.... ¡jooooder!. Aquí simplemente comprueban que el pasaporte y ala, a tirar millas, avanzamos unos metros y por fin vemos el cartel: "Bienvenidos a Turquía".

Recorremos los primeros kilómetros del país y paramos en la primera gasolinera que vemos con la intención de ver si podemos cambiar algo de dinero. El gasolinero nos cambia, sorprendentemente casi al cambio actual del momento, sin barrer demasiado para casa.

Seguimos el viaje por las carreteras turcas, poco a poco vamos comprobando como paulatinamente las normas de circulación pasan de ser "normas" a "recomendaciones", y mas tarde a simples "anécdotas". Comienzan a cruzarse los vehículos cuando menos te lo esperas, por donde menos te lo esperas y nosotros, cambiamos nuestra conducción de modo "normal" a "machete".


Entre una cosa y otra, nos vamos acercando a la capital, pero no sabemos como, nos equivocamos y nos metemos en una autopista de pago. Llegamos a la zona de las cabinas de cobro y no hay nadie, ni hay donde pagar ni barreras. Parece ser que esto es una autopista de estas de tarjeta o pegatina que pagas antes de utilizarla. Las cabinas suponemos que tendrán un lector que detecta al vehículo al pasar. Como no tenemos ni tarjeta ni pegatina, ni hay cabina para pagar, ni nadie que nos indique nada, ni ná de ná… decidimos saltarla a la torera, pasamos por una mientras suela el timbre de alarma y nos hacemos los suecos.

Continuamos el viaje y saltándonos las cabinas que no vamos encontrando por el camino.

     - "Javiiii... como tengan cámaras y nos hagan fotos verás la pedazo de multa que nos va a llegar….jajaja".

     - "Por la cara. Miraaaa... otro peaje de estos, yo voy a la de enfrente y tu tira por mi derecha, a ver que alarma suena más fuerte".

Hacemos acto de presencia en Estambul anocheciendo, por lo que hemos anotado, tenemos que ir rectos hasta encontrar un gran parque a la derecha, después pasar una mezquita, un cruce con una glorieta o una especie de escalectrix, girar a la izquierda, la tercera calle a la derecha, luego seguir por….

Increíblemente, contra todo pronóstico, llegamos a la puerta del hotel sin perdernos en Estambul y del tirón.


     - "Javi que pelotazoooo... sin GPS y hemos llegado sin perdernos".
     - "Y en el tiempo que habíamos calculado jajaja. Esto es efectividad gaditana al 100%".
     - "No me lo creo ni yo... jajajaja. Tenemos que echar una primitiva".

Calculamos que sobre las 21,30 llegaríamos al Hotel y a esa hora justa estábamos aparcando en la misma puerta. Una pena no haber comprado lotería ese día.





Vídeo resumen del Relato:
De Meteora a Estambul



miércoles, 17 de febrero de 2016

Destino Mármara 2 (Italia a Grecia)


Salimos del barco, a los pocos minutos del puerto, entramos en una carretera en obras, pillamos nuestra primera rotonda en Italia y... toma yaaaa, la primera y en la frente. 
Nos hemos equivocado y hemos recorrido varios kilómetros en dirección contraria. Rectificamos, volvemos sobre nuestros pasos y en una gasolinera paramos a comprar un mapa de carreteras de Italia.

Aquí coincidimos con dos moteros españoles, un chaval de Valencia (en una custom de gran cilindrada (no recuerdo cual), que va camino de Mostar y se quiere acercar a Roma un par de días. La otra moto, una BMW GS800 es de una pareja joven que van a pasar unos días a Roma. Nos comenta el Valenciano que quiere hacer noche en un camping que hay en un lago cercano, por si queremos acompañarle. Declinamos la invitación, ya que tenemos que avanzar todo lo que podamos para llegar a Bari a coger un ferry que nos lleve a Grecia, y como no tenemos billete, no sabemos si habrá plazas, ni horarios ni nada de nada, queremos llegar pronto por lo que pueda surgir.
Nos despedimos de los paisanos y enfilamos la ciudad de Roma, la idea es pasar por aquí (sin entrar en la ciudad) y pillar la autovía que va a Nápoles y de aquí, dirección Bari.


Al llegar a Roma, pillamos un pedazo de atasco y entre una cosa y otra, comienza a anochecer. Nos salimos de la autovía en un pueblo y preguntamos si hay algún camping cercano, al bajar por zona de costa, no creo que haya mucho problema en encontrar uno, lo que no sabía es que el Sr. Murphy que me acompañó en mi viaje a Mongolia, se había apuntado a este también.

Paramos en un supermercado y preguntamos a un chico muy amable que chapurreaba el español. Nos comenta que en la próxima rotonda, a la izquierda, tenemos que avanzar unos 2 ó 3 kilómetros hasta encontrarmos con un circo, lo pasamos y en la gasolinera que hay junto a este, a la derecha, está el camping.

¿Parece fácil, no?. Ademas...un circo es algo que llama la atención y es fácilmente reconocible. Ea, pues vámonos… Rotonda, izquierda, avanzamos, avanzamos, avanzamos....

     Javi: - "Manueeee, llevamos ya casi 10 kilómetros y aquí ni hay circo ni ná de na!!"
     Manuel:  - "Tiene tela... he ido mirando y no hay ni carteles, que raro”
                    "Espera..... ¡¡cartel..!! camping a la izquierda... tírale”

Seguimos la indicación de cartel, a la izquierda, luego recto, a la derecha y avanzamos un poco y ya no hay mas carteles... ¿mande? ¿nos lo habremos pasado?. Es raro ya que vamos por una carretera regional por la noche, despacio, y los dos con los ojos mas abiertos que un mochuelo. A parte toda esta zona está llena de casas, restaurantes y demas todo bien indicado.
Hay un restaurante abierto y nos acercamos a preguntar… 


     -"¿Camping?, si hay uno cerca, unos dos kilómetros a la derecha".

Vale, seguimos 1 km, 2 km, 3 km.... hasta que de pronto aparece un cartel en medio de la nada donde pone: "Camping 50 metros" pero.... ¡¡no hay nada!!.

Vemos a una pareja con un niño que está cargando un coche, le preguntamos por el camping y nos dicen que no, que a unos 2 kilómetros a la derecha hay uno.


Esto ya es subrealista, son las 10 de la noche, llevamos casi 2 horas buscando el camping de los cojones y todo el mundo nos dice "2 km a la derecha"... esto parece el día de la marmota. 
Como es lógico... 2, 3, 4 km y no aparece, pero al llegar al 5º km… 

     - "Killoooo, ¡UN CIRCO!"
     - "Eaaa... ya estamos. Telita como cuentan aquí las distancias".

A los pocos metros vemos la entrada de un camping con sus banderitas características. Paramos en la puerta y de pronto, escuchamos un frenazo en el arcen de un coche. Miramos sorprendidos y era la pareja con el niño. Nos llaman y al acercarnos nos dicen que a ese no entremos, que a unos metros hay uno mejor y que los sigamos. Seguimos al coche mientras yo voy descojonandome de risa por la situación…


     - ¿Javiiii…que dicen que los sigamos a otro? Verás tu el palo que nos van a dar" 

Al poco tiempo llegamos a un camping, que ciertamente tiene mejor pinta que el otro. Les damos las gracias y entramos en las instalaciones.

Decidimos instalarnos cerca de la entrada, tienen un lateral amplio junto a unas cabañas donde podemos poner las motos, cerca hay una farola y hay un mínimo de luz, lo que nos facilitará algo el montar las tiendas.

Empapados en sudor comenzamos a montarlo todo. Mientras estoy sacando las cosa me dice Javi:


     - "Manué ¿tu sabes esta tienda como vá? la compré para el viaje, aún la he sacado de la bolsa y no sé ni como es".
- "Jajajaja. No jodas.... espera, termino de montar la mia y vemos".

Una vez montada la mia le echo una mano a Javi, que ya va por la mitad. Terminamos la partida de tetris, nos miramos y decimos…

     - "Mas o menos… ¿no?".
     - "Hombre, para montarla por primera vez, sin instrucciones y a oscuras... no esta mal".

     - "Ya mañana veremos como ha quedado y el porqué de las arrugas y el sobrar piquetas".

Ya con el campamento montado nos fuimos a la ducha y a cenar algo a la plaza central del camping, que tiene un restaurante y a estas horas es lo único que hay abierto.


Al llegar aquí nos sorprendimos gratamente. La plaza del camping tenía un cine de verano, donde estaban proyectando una pelicula italiana, una mezcla entre opera y película de "Pajares y Esteso". El centro estaba lleno de sillas con la gente mayor sentada viendola, los niños correteando jugando alrededor y los hombres, jugando al dominó y a las cartas en las mesas. Nos sentamos en una de las mesas, pedimos unas pizzas y las jarras de cerveza más grandes y frías que tenga en el local.

Tras la cena y varias rondas de cerveza esperando el final de la película, nos retiramos a las tiendas, que entre una cosa y otra, se nos ha hecho muy tarde. Llegamos a la tienda con ganas de tirarnos a sobar como un “perrillo chico”, pero …antes de acostarse, hay que hacer una de las cosas que no suele salir en los videos de los viajeros ni fotos de grandes viaje... la "colada".

Así que allí estamos, a la 1 de la madrugada, en el lavadero del camping, frotando, enjabonando, aclarando y escurriendo calcetines, calzoncillos y camisetas. Ahora de vuelta a la tienda y a colocar el tendedero. Coloco un cordino de las motos a un arbol y en un minuto, tenemos toda la ropa colgando. Mamaña por la mañana suponemos que estará seca.

Infiltración en la tienda y a dormir.

A las 7 de la mañana ya estoy en pié, comienzo a recoger las cosas y a las 8 asoma Javi la cabeza por la puerta de la tienda. Nos acercamos a desayunar a la cafetería del camping, cada uno nos pedimos un café y un bollo relleno de chocolate por 1,60€ por cabeza, no está mal.

Mientras desayunamos, escuchamos de vez en cuando sobre nuestras cabezas, un gran zumbido y pasar algo volando por encima de los arboles, en una de estas me fijo y digo... “Joder, es un Dron militar”. Entre vuelo y vuelo del dron, aprovechamos para ver el mapa y discutir la ruta a seguir.


La idea es ir hacia Bari para tratar de coger el ferry hoy y así, amanecer mañana en Grecia, pero otra opción que estamos bajarando es acercarnos a visitar Sorento. Nuestro amigo “Reche” nos ha hablado muy bien del sitio y su costa. Ya que estamos relativamente cerca, podríamos acercarnos, pero claro o hacemo una cosa o hacemos otra.
Elegimos la opción siguiendo un método centenario muy efectivo y que sin duda, el más sensato: “cara o cruz”.
Nos vamos a Sorento.

Salimos y durante horas no hay nada destacable en la carretera, llegamos a Nápoles y su tráfico, equivando coches nos despistamos y nos hemos saltado la salida a Sorrento, decidimos dar la vuelta en la próxima intersacción pero nos encontramos con obras en la autovia y las salidas cortadas. No hay forma de dar la vuelta, así que tenemos que seguir. 
Decidimos dar la vuelta a las montañas y en vez de bajar, subiremos la costa sorrentina hasta llegar a esta ciudad, al contrario de lo que teníamos pensado.

Después de una obra y un gran atasco por un accidente, por fín llegamos a la costa y comenzamos a subir. Al ser la hora de la playa hay mucho tráfico de coches y pequeñas motos que circulan como si compitieran en un circuito.
El paisaje es increible, pueblos en la montaña, casi sobre el mar, calas preciosas con agua transparente y muuuucha gente.
Vamos disfrutando del paisaje, pero con mil ojos en cada curva, ya que cuando menos te lo esperas, se te cruza o se te mete alguien delante. 
Entre un pueblo y otro por el rabillo del ojo veo algo que me llama la atención….

  - "Javiiiiii, para cuando puedas, paraaaaa…"
  - "¿Que pasa? ¿Te pasa algo?"

  - "No tranquilo, creo que he reconocido un sitio de unas fotos de estas páginas webs de sitios chulos que visitar y esas cosas. Ha sido muy rápido pero estoy seguro que era uno".

Cuando podemos, damos la vuelta y deshacemos lo andado, llegamos al sitio en cuestión, me bajo de la moto, me adelanto a ver si es o no, y le digo a Javi:


  - "Killoooo..... que pelotazo!!! Si…. es el sitio!!"




Aparcamos la moto en unos huecos, sacamos las cámaras y vamos a hacernos unas fotos del lugar. El lugar es chulisimo, es una cala muy pequeña de agua transparente y por encima de esta, pasa el puente de la carretera, junto a la curva, por lo que si vas conduciendo despistado o pendiente del que vá delante, no la ves. A la playa se accede por unas escaleras, y en ella hay un pequeño restaurante, barcas de pescadores y en este momento, unos kayaks de una excursión que ya están recogiendo para marcharse.


Bajarmos y hacemos las fotos de rigor, echamos un ratito viendo el sitio y comenzamos la subida por las escaleras, sudando como pollos. Son las 19h pero aún hace mucha calor. Al llegar a las motos me dice Javi

     - "¿Y si nos pegamos un baño?"
     - "Tio son ya las 19h y aun tenemos que llegar a Sorento, buscar donde dormir, etc".
  - "Vamos a darnos un baño, seguramente no volveremos a pasar en nuestra vida otra vez por aquí".
     - "Pues tienes razón... pasando de Sorento. Si llegamos bien y si nó, ya nos buscaremos la vida donde sea, vamos al agua que el sitio flipa".



Sacamos el bañador y volvemos a bajar, soltamos en las piedras de la orilla la ropa de la moto, cascos, guantes, la mochila, etc, formando una montaña. Nos ponemos allí mismo el bañador y nos pegamos un chapuzon con toda la cala para nosotros solos. Solo se escucha el eco de nuestra conversación al hablar y el ruido de las olas. 
Durante el baño comienzan a llegar los pescadores, van preparando las pequeñas barcas para salir a faenar. La tranquilidad es absoluta en este lugar.

Mientras nos cambiamos y secamos, vemos como los pescadores comienzan a salir remando fuera de la cala, así que aprovecho para sacar la cámara e inmortalizar este mágico momento. En esto que uno de los pescadores, se agarra a la barca, levanta la pierna y "zas"... peasso de cuesco que se tira el tio (le faltó decir: "ea to pa tí"). Cosa que en el silencio de la cala, y la resonancia propia del eco del lugar, mandó a tomar por culo la estampa mágica y dejó a dos gaditanos muertos de risa en la orilla.




Ya secos y vestidos de astronautas, regresamos a las motos y continuamos dirección a Sorento. El baño nos ha venido muy bien, por un lado para quitarlos la "caló" que traíamos en el cuerpo y por otro que, ahora la carretera no tiene nada de tráfico, se ve que ya, al ponerse el sol, la gente ha vuelto a sus casas u hoteles. La verdad que ahora si que vamos flipando con la carretera.

Llegamos a Sorento, nos metemos en el centro de la ciudad y comenzamos a buscar alojamiento, se vé que está todo hasta la bandera. Preguntamos a una policía local por algún hotel asequible. Nos indica un hotel cercano con parking y nos explica, que de precio para ser esta zona y estar en temporada alta está bien y que, los más baratos ya hay que salirse fuera e ir a la otra punta de la ciudad.


Nos acercamos al hotel y preguntamos por una habitación doble. Nos dice que tiene una por 120 euros…PPfff.
Le explicamos que es demasiado cara y se sale de nuestro prespupuesto, que estamos muy cansados de ir en moto, que solo será dormir y salir por la mañana temprano, etc .. (ya me entendeis, la llorera estandar para los descuentos).
El recepcionista nos dice que si le podemos pagar 80 euros nos la da e incluye el desayuno, lo hablamos y decidimos quedarnosla. Nos parece caro pero hay que ser sensatos. Son las 10 de la noche y ya a estas horas y lo cansados que estamos, el ponerse a recorrer la ciudad buscando sitios y preguntando supondrá soltar las cosas donde sea, a las 12 de la noche como mínimo... Ciertamente si le hubiesemos discutido un poco se la podríamos haber sacado por algo menos, pero estamos demasiado cansados.


Nos dice que es una habitación que no dan normalmente y que la tienen que arreglar, por lo que tenemos que esperar una media hora por lo menos para que esté lista. Supongo que tendrán que limpiar los restos de sangre del cadaver o asegurarse que el fantasma de la niña morena pálida con el pelo largo ya no está en la habitación.
Le decimos que vale y que esperaremos sentados fuera, ya que estamos sudando como pollos. Nos sentamos en las mesitas de la terraza y nos dicen si queremos unas cervezas, que nos invitan mientas esperamos.


  - "¿Cerveza pequeña, mediana o grande…?".
- "Pffff....una mediana, ¿no? Que la grande sin cenar y casi sin comer 
nos va a subir del tirón. Dos medianas por favor".

A los pocos segundos llega la camarera, y nos planta en la mesa las dos jarras "medianas" mientas a nosotros, del susto, se nos iban a salir los ojos de las órbitas...

     - "¿Esta es la mediana?...que bastinazo…."
- "Menos mal que no nos hemos venido arriba y hemos pedido la grande".

Mientras nos tomamos nuestra jarra de litro de cerveza, el recepcionista sale de vez en cuando a charlar con nosotros. Al rato nos avisa que ya está la habitación disponible. Subimos las cosas mientras vamos pensando: "verás tú que nos han metido en el cuarto trastero o algo así". Llegamos a la puerta, que parece normal, la abrimos temiendo lo que nos vamos a encontrar y para nuestra sorpresa, la habitación esta muy bien (...uuufffff).

Nos pegamos una ducha y bajamos a darnos una vuelta por la ciudad y cenar algo. Hacemos algo de turismo esquivando restaurantes con cartas guardando el equilibrio en las mesas y fotos de los platos adornando las puertas. Entre las callejuelas encontramos un sitio donde comer que nos parece apropiado, tiene toda la pinta de una tasca y se ve limpia, en la puerta se ve al dueño y a dos o tres amigos sentados en unas sillas de madera y paja, arreglando el mundo a voces. Lo que no sabemos es si ya a estas horas, nos darán de cenar. 
Al vernos el dueño, se incorpora y nos invita a pasar.

     - "¿Quereis cenar algo? aquí podeis cenar comida casera".
     - "¿Estará bueno, no? no queremos restaurantes, queremos comer como en casa".


En esto que llama a la cocinera (que es su mujer), nos la presenta y nos dice que ella hace la comida como la que hacen en su casa, y que si no nos gusta, no tenemos que pagar.
Entramos en el local, donde ya hay una pareja terminando de cenar. Las mesas son largas de madera oscura y la iluminación es reducida, haciendo el ambiente mas agradable
 y con rock clásico de música de fondo.

Nos sentamos junto a una ventana, nos plantan dos cervezas y hablamos con la cocinera para ver que nos puede preparar a estas horas. Nos decantamos por una "pizza madre" (tomate, mozzarela y albahaca fresca) y una tabla de quesos. Al rato llega la señora y nos pone una pedazo de tabla de quesos y frutos secos de quitar el sentido. Nos va explicando cual es cada queso y cuando terminamos de comer, llegó una pizza, que la verdad estaba muy buena.
Tras la cena, salimos a la puerta y el dueño del local nos dió un poco de conversación: "...que si la crisis en Grecia, que si el euro ha encarecido todo, que si los politicos esto, que si las empresas lo otro"... Vamos, lo mismo que se habla en bar debajo de mi casa.


Nos damos un paseo de regreso al hotel para bajar la comida y en la terraza de este, nos tormamos la última jarra “mediana” de cerveza antes de acostarnos.


Nos levantamos temprano y desayunamos, queremos hacer algo de turismo por la ciudad con luz. Damos una pequeña vuelta por el centro, sacamos un par de fotos en las murallas y en el puerto y regresamos al hotel.
A las 11 salimos con las motos en dirección al puerto de Bari, vamos por la autovía para llegar lo antes posible para tratar de coger el ferry que va a Igomenitsa. No tenemos billetes y queremos conseguir alguno para el barco de esta tarde o noche. Tampoco sabemos si hay o no plazas en el barco. De todos modos como plan B, tenemos la opción de coger otro ferry que zarpe a cualquier punto de la costa Griega o Croata, el caso es atravesar el Adriático sea como sea.



Durante el recorrido la verdad que no hay nada interesante, autovia, autovía, y autovia. A eso de las 16h llegamos al puerto de Bari, aparcamos junto a una Vstrom 600 de un Israelita jubilado y un par de BMW de una pareja de hermanos, él lleva una GS1200 normal y ella, una GS1200 modificada tipo café-scram, que ahora está muy de moda.

Nos vamos a buscar los billetes. Hacemos una cola de 1h y por fin, nos toca. Tenemos suerte y hay billetes. Compramos los mas baratos, por lo que dormiremos en los sillones y sofá del barco. De todos modos el barco zarpa a las 19h y llerará a nuestro destino a las 6am, así que dormiremos poco de todos modos.

Al ir con las motos, embarcamos de los primeros, por lo que nos dá tiempo ir a los salones del barco a coger posiciones en algún sofá, que si no te toca domir en un sillon incómodo (estábamos avisados por nuestro amigo David). Ocupamos un largo sofá donde cabemos los dos tumbados y defenderemos nuestra posición con uñas y dientes.

Zarpa el barco y comienzan las horas de aburrimiento. Nos tomamos unas cervezas y entablamos algo de charla con los otros moteros. La pareja de hermanos quieren recorrer varias islas griegas en moto, ahora van a Corfú. El Israelita ha recorrido Europa en moto y ya va de camino de vuelta a Israel, también hará parada en otra isla griega.

Aquí tenemos poco que hacer, el ferry es muy pequeño y no hay donde ir, así que cenamos y tratamos de dormir un poco. A nuestro lado hay una chica joven y junto a esta, tres camioneros, uno de ellos ha ocupado un sofá y los otros dos, se han tumbado directamente en el suelo a dormir. En el otro lado tenemos un grupo de estudiantes que se ve que van a las islas griegas a beberse todo el alcohol que encuentren y el agua de algún que otro florero. A nuestra espalda, una famila árabe con 4 ó 5 niños pequeños y abuela incluida (ofú... verás tu la que nos van a dar los niños).

 

Tratamos de dormir algo pero es imposible: por un lado tenemos a los estudiantes que ya llevan al menos dos botellas de vino en el cuerpo y liando el escándalo propio de la edad, pero eso era lo de menos. Por el otro lado tenemos lo peor... tres camioneros roncando como cochinos.
Era tremendo, la chica que estaba a su lado nos miraba como diciendo... “por favor que se hunda el barco”. Una Señora que había cerca incluso llegó a gritarles para despertarlos pero nada, seguian durmiendo.

En una de estas, uno de ellos se despierta por los ronquidos de su compañero, le pega dos guanzatos en la barriga para que se calle, pero nada....sigue durmiendo y roncando sin inmutarse. Como vé que es imposible, decide darse por vencido y seguir durmiendo... a los pocos segundos volvió a unirse al grupo. Nosotros tratamos de ver si dormimos algo, pero es imposible, solo conseguimos pequeñas cabezadas entre las pausas del personal. En una de estas, me dice la muchacha mirandome con cara de circunstancia: “oohh, bella sinfonía”. 
Para nuestra sorpresa, a los 4 ó 5 niños no se les escuchó en todo el viaje.

Ya que es imposible dormir, salimos a cubierta. Ya estamos cerca de nuestro destino y los que iban a Corfu ya han desembarcado. Son cerca de las 4 de la mañana y ya se ve tierra.Estamos llegando a la peninsula Griega.
Aunque aún es de noche, se nota el cielo lleno de nubes. De pronto el resplandor de unos rayos iluminan el fondo, hay tormenta y es junto hacia donde se dirige el barco. Se ve que Zeus viene a recibirnos al puerto.




Suena nuestro aviso de desembarco, cojemos las cosas, bajamos a la bodega, nos colocamos las botas, desenganchamos la moto, arrancamos y colocamos las motos en medio de la bodega, frente a la rampa de salida.

Abren la rampa y salimos del ferry, recorremos el puerto hasta llegar a la parte de las oficinas y aquí paramos para ponerlos el impermeable de la chaqueta y del pantalon. Aunque chispea, se ven las nubes al fondo mas negras que la cabeza de un grillo.


Vídeo resumen del relato:






Absurdeces variadas e idas de pinza…




martes, 16 de febrero de 2016

Destino Mármara 1 (Cádiz a Italia)


Unas semanas antes de salir comenzamos con los preparativos del viaje, aunque tampoco hay mucho que planear. La idea es muy simple, hemos juntado todas las vacaciones y días libres, por lo que tenemos un mes de vacaciones. Avanzaremos hacia nuestro destino y a los 15 días de viaje, tenemos que dar la vuelta estemos donde estemos.
La idea es, tratar de llegar al interior de Turquía, a la zona de la Capadocia y regresar. No tenemos ninguna ruta establecida ni preparada, ni viajaremos con GPS, solo nos orientaremos por mapas de carretera, que aún no tenemos, ya que los iremos comprando a medida que vayamos entrando en cada país, o preguntando a la gente, por lo que la ruta será…. a lo que salga.


Lo único que sabemos, es que tenemos que pillar sea como sea el ferry que va de Barcelona a Civitavecchia (Italia) del lunes 6, ya que hemos comprado los billetes, ya que queremos llegar lo antes posible a Grecia y evitar la costa francesa por eso de los peajes y demás.


Una semana antes de salir, gracias a nuestros amigos Carlos y Julio de Motofactory, conseguimos la ropa de la moto para el viaje (Garibaldi) y un par de cascos Nolan con intercomunicadores (Sena10). Con la ropa nueva parecemos hasta motoristas de verdad.

También aprovechamos para hacerles las revisiones pertinentes a las motos. Javi a su Suzuki en PMS MOTORCYCLES (http://pmsmotorcycles.com) y yo a mi Triumph en COOL MOTORCYCLES - Triumph Cádiz (http://www.coolmotorcycles.es/es)



Unos días antes de salir, Javi le coloca los baúles a su V-Strom y la noche anterior, como somos tela de previsores, hacemos el equipaje y preparamos todo lo que nos vamos a llevar.
A la mañana siguiente, Javi saldrá de Cádiz y yo desde Ronda, nos daremos el encuentro en la carretera.

SALIMOS….


Amanece el día, comienzan nuestras vacaciones y el viaje. De los nervios, casi no he dormido, para variar. Salgo de Ronda a las 9h, he quedado con Javi, que sale de Cádiz capital, en un área de servicio de la autovía, cerca de Córdoba a eso de las 11h.
Por fin estreno el intercomunicador, aunque no hablo con nadie, voy escuchando música mientras conduzco, una sensación muy rara. Llego a las 11 al lugar acordado y veo un mensaje de Javi: 

     - "Al final he salido más tarde"-. 


Una hora mas tarde llega mi compañero gaditano asado de calor, lo lógico en esta tierra a estas horas. Aprovechamos ya para comernos un pincho de tortilla de patatas y un par de refrescos bien fresquitos.

Continuamos el viaje algo mas distraídos, contándonos pamplinas y tonterías variadas, es lo que tiene la novedad de los intercomunicadores. La travesía es monótona y aburrida hasta llegar a Manzanares, donde hemos quedado para comer con Ati (el compañero que vino a Mongolia en moto conmigo) y Fátima. Se han acercado desde Madrid solo para comer un ratito con nosotros. Una pena no tener mas tiempo para echar el día con ellos. Unas cuantas raciones, un café cargado, nos despedidos con unos abrazos y a tirar millas hasta Valencia.

En Valencia nos espera Rafa, David, Pau y Alex, que al igual que Ati, también son miembros de la asociación "AVENTUREROS SOLIDARIOS" (http://www.aventurerossolidarios.com), esta gente también recorrieron las pistas hasta Mongolia, pero en un par de ambulancias. Alex nos han ofrecido alojamiento en su casa e invitado a una “Paellada” el domingo junto con el resto de amigos de la asociación.


Ya entrada la noche, llegamos a casa de Alex, vemos la banderola de la asociación colocada y como es lógico, llegamos con una sonora pitada, dando acelerones y armando un escándalo, despertando a todos los perros de la urbanización, que comenzaron a ladrar como si no hubiera un mañana.


     - Mmmm....que raro, no sale nadie

     - Espera que llamo al timbre a ver.
     - Estos cabrones ya están con el cachondeo de no abrir.

     - Tardan mucho ¿no? …KILLOOOOO AAAABRE…!!
     - Uy... espera que tengo mensaje del móvil y dicen que no están, los llamo a ver.

Llamo a Rafa, me dice que están en el sitio donde íbamos a cenar y que nos esperan allí. Pues nada, hemos dado el espectáculo a los vecinos para nada. Vámonos para allá y a ver si encontramos el lugar ese. Al rato llegamos y allí estaban todos, junto con mas amigos que participaron en el "Desafío en las Dunas". Aparcamos, nos acercamos a la mesa y besos y abrazos para todos.


     - "Oye, a nosotros sentarnos en una punta de la mesa para no apestaros demasiado, que venimos ya oliendo a zorro"-


Cena a base de raciones variadas, rato de charla agradable y a la 1.30am damos por concluida la tertulia. Vamos a las motos y mientras esperamos que esta gente coja los coches para ir a casa de Alex. le digo a Javi:

     - “Killo, la 1.30 am y aún no hemos soltado las motos desde las 9 de la mañana, estoy deseando quitarme la ropa esta y pegarme un duchazo”
     - “Pfff...por la cara, y aún nos queda un ratito, no veas que primer día de moto”


Llegamos a casa de Alex, soltamos las cosas, una ducha y a la piscina, baño rápido y nos tomamos la última cerveza y a descansar.



Nos levantamos a eso de las 10 y desayunamos con nuestros anfitriones. Hoy tenemos días de relax por delante, hasta mañana por la tarde no tenemos que coger el ferry que nos lleva a Italia (no sale en fin de semana), así que nos vemos obligados a hacer tiempo. Que mejor manera que pasando el día con buenos amigos.


Poco a poco va llegando la gente a la casa, y vamos pasando el día entre charlas amenas entre baños en la piscina, cervezas y cosas de picar. Mas tarde hicieron acto de presencia las estrellas del día: Las Paellas (muy ricas por cierto), después café, postre, copas y más baños.

Aprovechamos para echarle un ojo a la moto de Javi. Dice que le hacía un ruido la cadena muy raro y vemos que está demasiado floja, así que decidimos tensarla. Aunque ninguno de los presentes tenemos conocimientos de mecánica como para socorrer a un equipo del Dakar (y menos aún Javi y yo), vemos que el kit de arrastre está muy gastado. Parece ser que es el original de la moto y lleva rodando desde el 2007. Ninguno de los presentes le damos más de 2.000 km de vida.



- “Javi... ¿Pa mi que ya siendo hora de cambiarlo, no?. ¿Y con esto quieres tu llegar a Turquía?".

Decidimos ponerle uno nuevo mañana lunes en Barcelona. Llamo a un par de amigos que tenemos en la ciudad condal para ponerlos sobre aviso y ver si pueden conseguirnos uno y un sitio para cambiarlo. Al rato recibo la contestación de Ignasi (GR11 Viajes), un compañero con el que hemos coincidido en varios viajes de aventuras. Mañana por la mañana nos dirá algo, esta haciendo gestiones con su mecánico. Como ya no podemos hacer nada más, seguimos picoteando y pegándonos chapuzones.

Va cayendo la tarde y aprovechamos para dar una vuelta y ver las trincheras de “Entre Pinos”, construidas en la Guerra Civil por el frente republicano. Ya por la noche, nos despedimos de la gente y nos quedamos en la casa con Alex y Carol cenando unas pizzas y dándonos algún baño nocturno en la piscina.

     -“Killo.... aprovecha que ya no vas a pillar una piscina en muuuucho tiempo” 

A la mañana siguiente, recogemos las cosas, nos despedimos de Alex y Carol y a las 9 salimos camino de Barcelona. La idea inicial era hacer el recorrido por carreteras secundarias, ya que hasta las 20h no teníamos que estar en el puerto para coger el ferry a Chivittavechia. Pero al tener que cambiar el kit de la Vstrom, tenemos que llegar lo antes posible, ya que no sabemos lo que tardaremos en encontrar uno. La idea es conseguir uno y si por tiempo, no se lo pueden colocar en el momento, lo haríamos ya en Italia, ya que los billetes del ferry los tenemos comprados con antelación y no lo podemos perder.

Paramos en un área de servicio a repostar y de paso tomar un café y un bocadillo de tortilla, mientras hablo con Ignasi. Nos ha conseguido un kit de arrastre y su mecánico nos lo colocará en cuanto abra el taller después de comer.

Entramos en Barcelona, paramos cerca del puerto olímpico, avisamos a Ignasi (http://www.gr11.net) para que venga a darnos el encuentro y aprovechamos para quedar también con Manuel Rubio (http://moebiusporelmundo.blogspot.com.es), que también estaba pendiente de ver si se solucionaba la papeleta o no.
Tomamos algo de beber mientras esperamos a Ignasi y cuando llega, nos guía al taller que nos hará el favor: “MOTOS JOVANI” (http://motosjovani.com) y comemos por la zona mientras esperamos a que abran a las 15.30h




A la hora indicada, nos acercamos, dejamos la moto y hacemos tiempo tomando un café y algunos refrescos, al rato se incorpora al grupo Manuel (Moebius por el Mundo), entre charla y charla de anécdotas en moto por el mundo, llaman del taller indicando que ya está lista la moto de Javi.
Nos acercamos y le dicen que se de una vuelta a la manzana para ver que tal está, se coloca el casco, sale a la carretera, da la curva y esperamos a que regrese, esperamos, esperamos..... esperamos. 


     - "Joder, pues si que tarda en dar la vuelta a la manzana ¿no?".
     - "Pues no me explico, si no se tarda nada"
     - "A ver si se ha perdido.... ¿Y con este te vas Turquía? pues vas listo"

Al rato largo hace Javi por fin su aparición con la moto.


     - "Killooooo... ¿donde has ido? ¿a por tabaco?"
     - "Ná, que me he pasado el cruce, luego he pillado una obra y no podía girar hasta dos o tres calles más".


Pasada la anécdota de Javi y su paseo por Barcelona, nos despedimos de Ignasi y nos quedamos con Manuel, que nos acercará al puerto para canjear los billetes y tomarnos algo. 

Llegamos, pillamos los billetes y nos indican la hora del embarque. Para hacer tiempo, Manuel nos lleva a un bar a tomar unas cervezas, el PADOOK, un lugar de encuentro de motoristas, un sitio de visita obligada para todo aquel que pasa en su viaje por la ciudad condal. Llegamos y como no... está cerrado (tiene cojones la cosa), pues nada, nos tomamos algo en el que está al lado y aprovechamos para comprar al lado, que hay una tienda de ultramarinos. Pillamos comida y cosas para el barco, que los precios nos han avisado que están por las nube, llenamos los depósitos en una gasolinera cercana y de vuelta al puerto. Aquí ya nos despedimos de Manuel y embarcamos en el ferry.

Tras la típica espera junto a la motos, entramos escoltados por el coche del puerto en el barco. Sacamos la bolsa y las cosas precisas y nos subimos en busca del camarote, a ver con quien nos ha tocado.

Entramos en el camarote y vemos que las otras dos camas ya están ocupadas pero no hay nadie, decidimos soltar las cosas y ducharnos, mas que nada por tener consideración con nuestros compañeros de camarote, que después de todo el día con la ropa de la moto puesta en verano, ya tenemos que oler ligeramente a zorro. Metemos las botas en unas bolsas de basura y las cerramos, que el camarote no tiene ventanas y no es plan de iniciar un conflicto por utilizar armas químicas en tiempo de paz.

Mientas espero que Javi termine, aparece Vicente, un cincuentón que se va con un amigo a pasar un par de días en Roma y después bajar por la costa italiana.

Ya frescos y aseados, subimos a cubierta, pillamos una mesa y aprovechamos que está zarpando el barco para hacer la ultima llamada desde España a la familia.


- "Oye… ¿habrá que tomarse una cerveza, no?"
- "Ppff… ¿3 pavos el tercio?".


Hacemos tiempo para la cena entre paseos por la cubierta y el interior del barco. Cuando llega la hora, nos sentamos en una mesa junto a la piscina y ya acomodados, sacamos la barra de pan, el fuet, un poco de chorizo y pillamos otro par de cervezas.
- Oye ¿pillamos un par de refrescos y me subo la botella de ron?
La idea no termina de convencernos, así que nos pedimos otra ronda de cervezas y a eso de la 1am, nos fuimos al camarote a sobar, las copas para otro día.

Aun no han llegado los dos que comparten literas con nosotros...estupendo. Así si roncan, no nos enteraremos y pillaremos el sueño pronto, caí sobado sin problemas. Si nos dio por roncar como cochinos ya la nos lo dirán estos cuando lleguen al camarote o mañana por la mañana.... haber llegado antes a dormir.


A las 9 am decidimos ya saltar de la cama, ya llevaba un rato mirando las musarañas de la pared en trance y comienzo a tener hambre. Como Javi está también despierto, aprovechamos para ir a desayunar, que con el billete tenemos incluido un desayuno “business”.

El desayuno es digno de mención: Un par de tostadas del tamaño de un liliputiense, un fantástico yogur (de la marca DIA), un zumo que dice ser de naranja (supongo que por el color, no por el sabor), y un café del que mejor no hablamos. Si este es el desayuno “busisnes” de las Lineas Grimaldi... no quiero saber como es el “estandar”. 

Tras ver como insultan a la palabra “desayuno” en este barco, decidimos hacer algo diferente…


     - "Killo...¿y si nos damos una vuelta por la cubierta?"
     - "Vale, la verdad es que no se me habría ocurrido esa idea, ya tenía yo ganas de darla".


Salimos fuera y en esto que vemos a todo el mundo apoyado en la barandilla de estribor, haciéndose fotos y señalando al horizonte como si no hubiese un mañana.

     - "Vamos a ver que hay, igual se ven delfines o algo".


Nuestro gozo en un pozo, ni delfines, ni cetáceos ni barcas de pescadores, está todo el mundo sacándose fotos porque se ve a lo lejos una gran isla.
Veo que sale un marinero del barco y le pregunto:


     - "Sorry, what island it is?"
     - "Yes.... Island"
     - "Ok,ok, but... the name of the island?"
     - "Island.... island".
     - "Corcega, Cerdeña?"
     - "Island… island".
     - "Island?… ofú pisha…. Vale campeón, lo que tu digas…"

Paso de tener charlas absurdas a estas horas de la mañana y a estas alturas tan tempranas del viaje.


El la cubierta a estas horas ya hace calor, entre esto, la jauría de niños gritando en la piscina y el DJ residente que está pinchando una aberración tras otra, decidimos pasar al interior del barco (solo tenemos esa opción o tirarnos por la borda). 

Hacemos tiempo de salón en salón del barco hasta la hora de comer, que repetimos la operación de la cena, sacamos la otra barra de pan, lo que queda de fuet y chorizo. Ya con el estómago lleno nos fuimos a dormir una siesta al camarote, total...no tenemos nada que hacer y ya nos conocemos el barco de memoria.

Tras la siesta, preparamos todas las cosas para que, cuando avisen de la llegada a puerto, solo sea entrar y ponernos la ropa de la moto. Regresamos salones del barco a tomar un café y a hacer tiempo.
Avisan por megafonía que hay que dejar los camarotes (y aún faltan 2 horas para llegar a puerto). Volvemos a por las cosas y nos quedamos allí sentados hasta que nos avisan por la puerta diciendo que tenemos ya que salir. Nos cambiamos y salimos con las bolsas, cascos y botas. Regresamos al salón y a esperar.


Aviso de desembarco... ¡¡por fin!!.
Bajamos a la bodega donde están las motos, cargamos las cosas, nos ponemos las botas y por fin, comienzan a abrir la bodega para que salgan los vehículos. En cuanto dan el aviso al primero, la gente sale escopeteada...se ve que no somos los únicos que están hasta los “mismos” del barco.

En cuanto toquemos tierra italiana, comenzará realmente nuestro viaje...

(Video resumen del relato)