Diario de un Mosquito

domingo, 17 de enero de 2021

La avería llegará

He recuperado uno de mis relatos de viajes antiguos. Este fue publicado en la ya desaparecida revista OVERLAN-MAGAZINE.ES, allá por 2014.


LA AVERÍA LLEGARÁ...


Unos 15 días antes ya se lo había comentado al mecánico cuando la llevé a la revisión: -"La moto de vez en cuando me hace un ruido así como un roce o algo suelto por la zona esta del piñón, lleva tiempo haciéndolo, pero no es siempre"-.

Esto mismo también se lo comenté a otro mecánico en una revisión anterior, y me dijo que no le pasaba nada, que eran cosas mías.


Después de revisarla, me explica (o yo creo entender) que cree que los dientes del interior del piñón están algo desgastados, esto hace que al girar, se vaya deteriorando, tenga un desgaste mayor generando que no gire bien y por eso de vez en cuando suena.

Contestación del mecánico tras esta la explicación: -"No pasa nada, eso aguanta, mientras que no se quede el ruido fijo no pasa nada".

Yo también supongo que cuando el ruido sea continuo será porque se ha roto del todo, (para eso no hay que ser ingeniero de la NASA). A lo que le contesto: - "Y digo yo, ya que me voy a Marruecos... no sería mejor poner uno nuevo, por si acaso, prefiero gastarme el dinero en arreglar algo que igual me puede fallar en medio de una pista camino al desierto”.-


El mecánico me vuelve a insistir que no hace falta, que eso aguantará perfectamente, pero yo, como soy torpe y cansino vuelvo a seguir con el tema, pero me mira con cara de "el que sabe aquí, soy yo" y me dice que, si a la vuelta veo que sigue haciéndolo, pediría una pieza nueva y ya lo arreglaríamos, pero que vamos, que eso aguanta perfectamente y me puedo ir con total tranquilidad.


Bueno, tú verás que eres el mecánico... que yo no entiendo de barcos.

Por mis escasos conocimientos de mecánica y sabiendo la suerte que tengo para estas cosas, seguro que cae la avería. Este es el primer viaje que hago fuera de España sabiendo que la moto se me romperá en el camino.


Preparo las cosas del viaje con mis compañeros y de paso, hacemos una porra para ver donde se me romperá la moto: Uno indica en Merzouga, otro es más optimista elige Ouazzane, yo personalmente me quedo en que caerá en Errachidia.


Llega la Semana Santa y salimos de viaje. 


Pasan los días y los kilómetros, recorremos sin incidencias Marruecos de norte a sur hasta llegar a Merzouga, continuando hacia el oeste, atravesando Ouazzane y llegando a Marrakech.


Rafa en las Murallas de FEZ 


Son cerca de las 4 de la tarde y hace mucho calor, estamos empapados en sudor. Tratamos de buscar el alojamiento que hemos reservado a última hora, al ser Semana Santa solo hemos podido encontrar una especie de hostal que parece estar cerca de la Medina.


Fer en unas de las paradas en ruta
En una de sus puertas paramos a preguntar. Un tío en una pequeña moto, dice que sabe donde es y nos llevará, solo tenemos que seguirlo (a cambio de una buena propina). Aceptamos el trato y seguimos al motorista, primero por una avenida, después por unas calles mas estrechas. Me da la impresión que el tío no tiene ni puñetera idea de a donde vamos y al cabo de un rato, confirmo mi teoría, ya que para, le pregunta a otra persona que anda por la calle, esta le da unas indicaciones, avanzamos unos metros y se vuelve a detener para preguntar a otro, en esta ocasión parece que no se entera, así que el peatón, decide subirse en la moto de nuestro guía para ir indicándole como se llega al sitio.

Seguimoss por unas calles cada vez mas estrechas hasta meternos de lleno con las motos en el interior de la Medina. Parece ser que el sitio que hemos buscado para dormir está en medio de este lugar.


La situación es de película, hay zonas en las que casi no cabe la moto con los baúles entre los puestos, esquivamos a la gente, carros, gatos y demás fauna, avanzamos como podemos hasta que de pronto: 
"Clack......clack......clack...clack....Clackgrrrrrrrrrrrr".


Comienza a sonar un traqueteo fuerte en la moto y se desacelera como si algo rozara el piñón hasta que el roce y el ruido se vuelve continuo y la moto casi no avanza. El ruido es tan fuerte que la gente se gira a ver que pasa. Definitivamente se ha roto algo y sin duda en el mejor sitio que podía ocurrir.


Hago señas a mis compañeros para que paren, me acerco a ellos y le explico lo que pasa, aunque no hace falta explicar nada, al escuchar el ruido tanto Rafa como Fer saben que se ha “cascao” la cosa. En el momento que ando con la moto parece que se va a romper algo, me da la sensación que se va a caer el motor a trozos. 


Tenemos que dejar la moto en algún sitio y fuera de la Medina, claro está. Nuestro guía nos llevará a una zona de aparcamientos en la entrada de esta. Lo seguimos, voy en primera con la sensación de ir montado en un cafetera que va repartiendo trozos de cadena, tornillos y tuercas allá por donde pasa.


En la primera zona de aparcamiento nos dicen que no podemos dejar las motos, solo coches, nos lleva a una segunda y en esta si. Hablamos con el vigilante, pactamos un precio y aparcamos las motos.


Entre una cosa y otra son ya las 5 de la tarde. Tendría que llamar al seguro, buscar un taller o hacer algo, pero hay que ser práctico, si en España a estas horas de la tarde ya nadie te soluciona nada, en Marruecos será mucho peor, así que decido dejar la moto, sacar todas las cosas e irnos a buscar donde vamos a dormir, ya mañana Dios dirá.


Nuestro guía motorizado dice que le demos su propina y también otra propina al "agregao", le decimos que no, que solo le daremos lo pactado, que si no sabía llegar y se ha buscado a otro que lo guiase era su problema. El tío se enfada, pero lo cortamos rápidamente, le decimos que tiene dos opciones, o reparte la propina con el "agregao" o le damos la propina integra al otro tío, que es el que sabía llegar al sitio. Al final se calla y acepta el trato.


En esta ciudad todo turista es un euro con patas, así que en cuestión de segundos, se nos acercan dos chavales, uno de ellos con una carretilla para decirnos que nos llevan las cosas en la carretilla a cambio de un módico precio. vamos cargados, el alojamiento está en una callejuela perdida de la mano de Dios, y no sabemos como llegar, aceptamos el trato.


 Echamos todas las bolsas, mochilas, cascos, chaquetas y demás tiesto dentro de la carretilla, el porteador comienza a andar y mientras, el otro muchacho nos va dando conversación a Fer, momento que aprovechó para comentarle a Rafa: -"Killo, como nos den un palo y el chaval de la carretilla eche a correr, harán el agosto con todas nuestras cosas".-


Nos metemos en estrechas y bulliciosas callejuelas de la Medina, tras una larga caminata, llegamos al alojamiento. Joder... como para encontrarlo, está en un sitio tan estrecho que hubiese sido imposible llegar incluso con la moto. Descargamos la carretilla, le damos la propina a los muchachos. Soltamos las cosas en la habitación, me pego una ducha y mientras hacen lo propio mis compañeros de viaje, llamo al seguro para que que se puede hacer. 


Le explico al seguro la situación y me indican lo siguiente: Pasarán la nota a la aseguradora con la que tienen convenio en Marruecos, esta enviará una grúa para llevar la moto a un taller para certificar la avería, aquí verán lo que le pasa y me darán la opción de o bien repararla en el lugar o enviarla a España para que la arreglen allí en caso de no poder solucionarlo. 

También me pregunta si hablo árabe o francés, a lo que le contesto que no, no se ni papa de francés y mucho menos de árabe. Me dice que se asegurarán que la persona que me llame hable español o ingles para poder entendernos.


Al cabo de una hora llama la aseguradora de Marruecos, como era de esperar, la persona que llama solo habla árabe o francés. Como el recepcionista del lugar chapurrea ingles lo llamamos para que nos haga de interprete y le paso el teléfono. En un momento tenemos una situación absurda digna de un guión de los Hermanos Marx. El del seguro le habla en árabe al recepcionista, este nos lo chapurrea en ingles, entre Rafa y yo tratamos de descifrarlo, comentamos la jugada en español, le contestamos en ingles para que se lo traduzca árabe al del seguro. Tras una conversación de 10 minutos, en la que parecía que no íbamos a salir del mismo bucle, llegamos al siguiente acuerdo: Me llamará el de la grúa para indicarme la hora en que irá a por la moto, la llevaremos al mecánico y seguiremos con el proceso.

Plaza Yamaa el Fna (Marrakech)


Bueno, ¿que hacemos?. Pues que vamos a hacer, irnos a conocer Marracheck, que el de la grúa no creo que me llame ya hoy y paso de quedarme aquí esperando.

Paseando por Marrakech

 Nos marchamos a ver la ciudad, paseo por 

 la Medina, un té en la plaza “Yamaa el Fna”

 y ya de   paso cenamos en sus puestos

 callejeros el peor cus-cus que he tomado

 en mi vida. Tras la cena, nos subimos a

 una terraza a tomarnos algo y regresamos

 al sitio donde vamos a dormir.


 Son casi las 24h y aún no se nada de la

 grúa. Llamo al del seguro de España para 

 indicárselo, toman nota y me llama a los

 20 minutos. Mañana a las 9 me esperará la grúa en una plaza cercana, para llevarme a lugar donde está la moto aparcada, montarla e ir al mecánico. 


Ya de paso aprovecho y le pregunto: -"¿y si por un casual, Diós no lo quiera, no se puede arreglar, como se hace el traslado al puerto de Tanger?,son más de 500km” - a lo que me contesta: -"la verdad que desconozco el procedimiento, no sabría decirle, no se nos ha dado el caso"-.Que te de esta respuesta una compañía de seguros que sale anunciada en la tele con una cara famosa....malo, malo, confianza ninguna.


 
Me levanto a las 8h, pillo todas las bolsas, el material y me despido de mis compañeros. Si consigo que se arregle los pillaré en ruta, de lo contrario, ya nos veremos en España a su vuelta.

Recorro la Medina cargado con todos los tiestos. La mayoría de los puestos aún están cerrados y los que hay abiertos los están limpiándolos, montando las cosas, colgando la carne. Todas las calles están casi desiertas, parece mentira que en un par de horas, por aquí no se pueda ni andar por la cantidad de gente que habrá.


Llego al lugar acordado, suelto las cosas y me siento en una de las bolsas a esperar pacientemente. Al cabo de unos 15 minutos aparece la grúa, se baja el conductor y me pregunta si soy yo el de la moto averiada.
Supongo que ser el único Europeo con la ropa de la moto en una mano, un casco en la otra, una mochila y una bolsa estanca amarilla, a las 9,30 de la mañana, en la entrada de la Medina, donde solo hay 4 marroquíes por los alrededores barriendo las calles u organizando las tiendas, puede generar confusión.

Le digo que si, me monto y nos vamos en busca de la moto, a los pocos minutos llegamos al aparcamiento y aparcamos la grúa en doble fila. Las motos están completamente rodeadas de coches bloqueando cualquier salida. Llamo al chaval que vigila el lugar, le digo que tengo que sacar la moto y que tiene que quitarme los coches para que pueda hacerlo. 


Cuando ve que solo es la mía me dice que no, que tienen que salir las tres motos a la vez, no va a mover los coches, para luego tener que ponerlos de nuevo y dentro de unas horas repetir a operación cuando vengan mis compañeros. Le digo que me da igual, que la moto tiene que salir le guste o no. El tío trata de sacarme dinero por hacer el trabajo, a lo que le digo que ni por asomo, ya te pagué el aparcamiento y no te voy a soltar nada más. Esta vez tengo de mi lado al de la grúa que tiene prisa por irse, así que pienso aprovecharme de la situación. Viendo que tanto el de la grúa como yo ya le estamos dando voces, decide llamar a su jefe, aparece a los pocos segundos un señor mayor hablándome en francés, al que simplemente le digo casi por gestos, que la moto tiene que ir fuera.


Atrapado en el parking


Comienza a hacer gestos y a hablar con el chaval anterior, hasta que el de la grúa ya comienza a decirle que quite los coches de una vez, pero nada, continúan remoloneando hasta que pasados unos minutos, el de la grúa pierde la paciencia y comienza a gritarles hasta que finalmente acceden a quitarlos.


Saco la moto, la pongo detrás de la grúa. Le pregunto si va a bajar la rampa y me dice que no, que hay prisa, así que coloca una plancha donde cabe la rueda de un coche y me dice que suba con un acelerón, que él se colocará arriba con un espectador espontaneo para frenar a la moto y evitar que se choque con la cabina. ¡Ea!.. pues nada, supongo que aquí será donde me romperé el cuello al salirme de la rampa y caerme la moto encima. Aprieto el culo, pego un acelerón y, si fue un espectáculo verme subir la moto, más espectáculo fue ver las caras blancas de estos dos tíos al verse 250kg de moto ir hacia ellos como un toro miura mientras ponían las manos por delante para frenarla. Asegura la moto con unas cinchas y en unos minutos tras recorrer media ciudad, llegamos al lugar. El taller tiene las dimensiones de un trastero grande con más piezas y recambios fuera del local que dentro, y como es lógico, todo con más mierda que el rabo de una vaca.

Sale el jefe del lugar de mala gana, estaba sentado en una silla dando ordenes a un par de chavales que están arreglando un ciclomotor y se ve que con la llegada de este cliente inesperado, tendrá que levantarse para trabajar. El mecánico, inexpresivo total, no suelta una sonrisa ni por error. Se acerca y me pregunta en francés que le ocurre a la moto (o al menos yo di por sentado que me decía eso), le hago por gestos que espere, arranco la moto, ando unos metros y cuando escucha el ruido me hace gestos para decirme que pare y me baje, que ya sabe lo que es.

 


Se pone mano al asunto y una vez desmontada me certifica lo mismo que me dijo el mecánico en España, está gastada la parte interna del piñón y tiene algo roto. Va al pequeño mostrador que tiene, saca una caja con varias piezas como la mía: Elige una por el método de comparación, es decir, mira la mía y va poniendo a su lado el resto buscando la que mas se le parezca.

Encuentra una que al superponerla, mas o menos coincide, le pega varios martillazos, la lima un poco por aquí y por allí, la coloca en la moto, no encaja bien, así que repite la operación con el martillo y la lima hasta que entra en el hueco. Movemos la moto y sigue sonando, así que la vuelve a sacar, le pega 3 martillazos más, la vuelve a colocar y listo, ya va bien y no suena nada. Pego un par de vueltas por la avenida del taller y viendo que va bien, decidimos dar por cerrado el negocio.


Pues nada, todo solucionado, le pregunto cuando es y me dice que son 500 dirhams (unos 50 euros), le digo que si pero que me tiene que dar un recibo o una factura para el seguro, (los del seguro ya me avisaron que no pagara si no me la daban, ya que en caso de volver a fallar les serviría a ellos de justificantes con la aseguradora marroquí). El mecánico no quiere pero viendo que si no, no cobra y sabiendo que es para el seguro, me hace de mala gana un recibo en el que misteriosamente, el precio final a bajado a 400 dirhams.

Manda cojones que un mecánico marroquí, con una pieza de otro modelo de moto, un martillo y una lima, me solucionase un problema que arrastraba la moto y dos mecánicos diferentes no me dieron solución.

Me pongo la ropa de la moto allí mismo, le envio un mensaje a mis compañeros indicando que sigo en ruta y les doy alcance al final de la tarde en el siguiente punto donde íbamos a hacer noche. Continuamos nuestro viaje sin incidencias.


Como es lógico, al regresar a España he cambiado de mecánico y la moto no ha vuelto a fallar.



Esperando el ferry de vuelta (de izq a dcha: Rafa, Fer y Manuel)



Vídeo del Viaje

Desafío en las Dunas 2014: Viaje solidario organizado por Aventureros Solidarios con la finalidad de recaudar material escolar para ONG-s de Marruecos.